
Baphomet: el Dios de
la luz
Existe un dios de la Luz, denominado Baphomet, Lucifer, Iblis, Prometeo…,
que aparece a lo largo de los tiempos entre los templarios, los rosacruces,
los illuminati, la masonería, resultando el verdadero conductor de la
iniciación.
Los templarios medievales y actuales tuvieron y tienen como dios de la Luz a
Baphomet, la “cabeza parlante”. El mismo dios de la Luz en varias
expresiones (Baphomet, Lucifer…) ha sido importante para los Illuminati de
todos los tiempos. Dan Brown, en Ángeles y Demonios (Umbriel, 2004), así lo
explica, aunque envuelto en sus fantasías. Los rosacruces y sus ramas Golden
Dawn y Thelema tienen muy en cuenta a Baphomet. Finalmente, la masonería
moderna igualmente incorporó e incorpora en sus rituales y enseñanzas,
aunque cada vez menos, al dios de la Luz en sus expresiones de Iblis,
Baphomet, Lucifer... Recordemos que el general Albert Pike, en uno de los
grandes tratados masónicos, Morals and Dogma of the Ancient and Accepted
Scottish Rite of Freemasonry, escribía: “LUCIFER, ¡El Portador de la Luz!
¡Extraño y misterioso nombre, dado al Espíritu de las Tinieblas! ¡Lucifer,
el Hijo de la mañana! ¿Él es quien lleva la Luz, y con sus resplandores
intolerables ciega a las Almas débiles, sensuales o egoístas? ¡No lo dudéis,
porque las Tradiciones están llenas de Revelaciones e Inspiraciones divinas,
y la Inspiración no es de una Edad, ni de un credo. Platón y Filón también
estaban inspirados”.
En resumen, se puede decir que existe un dios de la Luz, denominado Baphomet,
Lucifer, Iblis, Prometeo…, que aparece entre los templarios, los Illuminati,
los rosacruces, la masonería…, portando la Luz y la iniciación.
El Sistema de iniciación denominado Rojismo y sus órdenes (Orden Illuminati
y Societas OTO) centran la iniciación en el dios de la Luz Baphomet, como se
ha visto en este presente espacio. Por tanto, nada mejor que conocerlo un
poco mejor.
La figura de Baphomet ha estado sujeta en repetidas ocasiones ha
interpretaciones poco rigurosas. El fallecido Montague Summers, presunto
experto en demonología y brujería, derivaba la palabra del término griego
Baph Metis, bautismo de Luz. La ocultista Madeline Montalban, fundadora de
la Orden de la Estrella de la Mañana, defendía la hipótesis de que el nombre
se derivaba de la exótica palabra Bfmaat, que significaba “el Abridor de la
Puerta”. Y el ocultista francés Eliphas Lévi aseguraba en sus obras que el
secreto de tan misterioso nombre se descubría al invertir sus letras. No
seré yo quien entre en la polémica. Para mí, la apreciación más correcta es
que Baphomet significa bautismo de Luz y Sabiduría.
En cualquier caso, siguiendo el excelente dibujo que realizó Eliphas Lévi,
encontramos los símbolos que demuestran que Baphomet es, sin duda, el dios
de la Luz y la iniciación.
Lévi dibujó a Baphomet con cabeza de cabra, rasgos andróginos y símbolos
iniciáticos, sentado sobre un cubo. Entre los cuernos de la entidad dibujó
un pentragrama y una antorcha. En su cuerpo añadió unos pechos femeninos y
un falo con forma de vara de Hermes, un brazo masculino y otro femenino y
una mano hacia arriba y otra mano hacia abajo, señalando una luna creciente
y otra menguante. Cada brazo tenía una palabra en latín: solve y coagula.
Repasemos los símbolos citados desde la simbología. La piedra bruta
simboliza al masón en estado bruto, el Aprendiz. El cubo de seis caras
(cuadrados) simboliza al masón en estado elevado, el Compañero. El cuadrado,
que se relaciona con el cubo, es el símbolo del mundo y de la naturaleza. En
él encontramos el nombre de dios en hebreo, YHVH, los cuatro elementos, las
cuatro estaciones. Tenemos, pues, a un Baphomet sentado sobre el mundo, el
dios de la Creación.
La antorcha simboliza la Luz divina y es llevada por aquél que porta la Luz
a la humanidad. Baphomet es, por tanto, según la simbología, el dios que
porta la Luz. ¿No concuerda esta explicación con la condición de dios de la
iniciación de Baphomet?
El pentagrama o estrella de cinco puntas ha sido utilizado desde los albores
de la humanidad. Los pitagóricos lo denominaban Pentalfa y algunos iniciados
lo vinculan a Sirio, el primer dios que, tal vez, conoció la humanidad.
Kenneth Grant, jefe de la OTO inglesa y último discípulo de Aleister Crowley,
apuntaba que “para los egipcios Sirio fue expresado por el jeroglífico de
los dientes y la serpiente, siendo ella la madre primordial que parió a los
siete planetas conocidos como los determinadores del tiempo”. Se podría
añadir que Sirio está representada también por el perro y es la “estrella de
la mañana”, la estrella que da origen a la Creación... Baphomet, por todo
ello, se presenta con un símbolo ligado al primer dios, a la Luz Primordial.
El estado derecho del pentagrama simboliza el triunfo del espíritu sobre la
materia; el estado inverso, por contra, simboliza lo contrario. El
pentagrama de Baphomet aparece en su estado derecho, porque su figura es
divina e iniciática, no material como es el caso de Satanás. De hecho, las
sectas satánicas actuales utilizan el pentagrama en inversión.
El resto de simbología de Baphomet, sin embargo, debe observarse desde el
hermetismo y sus siete principios herméticos. Los símbolos de Baphomet se
muestran ligados a los siete principios herméticos. Eso prueba una vez más
que éste es el dios de la Luz y la iniciación.
El hermetismo invita a descubrir todos los misterios del Universo y Baphomet
posee su ciencia desvelada en símbolos.
Veamos la relación entre los siete principios herméticos y Baphomet.
1. PRINCIPIO DE MENTALISMO.
Las palabras solve y coagula de Baphomet, en alusión a la facilidad para
disolver y crear, simbolizan el “todo es mente, el Universo es mental”.
2. PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA.
Una mano hacia arriba y otra mano hacia abajo de Baphomet simbolizan el
“como es arriba, es abajo”.
3. PRINCIPIO DE VIBRACIÓN.
Las citadas manos y la vara de Hermes en vibración simbolizan el “nada está
inmóvil, todo vibra”.
4. PRINCIPIO DE POLARIDAD.
Las dos direcciones de las manos, la luna negra y la luna blanca, los pechos
femeninos y el falo masculino de Baphomet, simbolizan el “todo es doble”.
5. PRINCIPIO DE RITMO.
Las fases lunares representadas por las dos lunas simbolizan el “todo fluye
y refluye, avanza y retrocede, sube y baja”.
6. PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO.
Las palabras solve y coagula de Baphomet simbolizan el “toda causa provoca
un efecto y todo efecto parte de una causa”.
7. PRINCIPIO DE GENERACIÓN.
Los pechos femeninos y el falo masculino, los dos tipos de brazo de Baphomet,
simbolizan el “todo es masculino y femenino”.
Cuando el iniciado culmina la iniciación en el Rojismo, mediante el tantra y
la cábala, se transforma en el andrógino divino, en el andrógino alquímico,
en el propio dios, descubriendo que puede transformar su realidad y toda la
realidad que lo envuelve. Es entonces cuando ha superado todas las fases de
la alquimia y la última fase Obra al Rojo. Se puede decir que es entonces
cuando, gracias a Baphomet y a una ruta iniciática unida a él, ha
descubierto su poder real. Y es que sin Baphomet la iniciación no puede ser
completada, porque falta conocimiento, Luz y una ruta iniciática que exalta
al hombre a su condición de dios, al HOMO EST DEUS.
La Filosofía Rojista, la psicología científica, etc., realizarán el resto en
el Sistema…
Por todos estos motivos, los iniciados de alto grado que han experimentado
esa fase alquímica, la Obra al Rojo, tienen el deber de exaltar la figura
del dios de la Luz, en el proceso iniciático, abandonando cualquier duda al
respecto.
Como conclusión, cabe decir que, en el psicoanálisis, la figura del dios de
la Luz tiene su importancia para Freud. De manera no sistemática, a lo largo
de su obra y su correspondencia, Freud elaboró un psicoanálisis aplicado al
dios de la Luz, que él denominó Satán, ya que como hebreo así lo conocía en
su tradición. Primero, decubrió que éste era una representación del
inconsciente. Después, lo asoció al padre malo. Los Illuminati aceptan lo
primero, porque es cierto que existe una relación entre el inconsciente y el
dios de la Luz Baphomet. Con el tantra y la cábala, el iniciado penetra su
inconsciente y descubre a Baphomet en su interior. Pero discrepan de lo
segundo. El padre malo no es Satán, sino el dios esclavista; para ellos el
dios de la Luz sería el abuelo, con quien pacta el hijo que lucha contra su
padre (dios esclavista), en pleno proceso de rebelión.